COCTELES Y BEBIDAS

Las bebidas están destinadas a responder a las necesidades de agua que requiere el organismo para un buen funcionamiento. La única bebida indispensable es el agua, y para reponer su constante pérdida se deben consumir de 8 a 10 vasos de líquido diariamente. Estos líquidos solo sirven para procurarnos agua en forma más agradable, aunque también aportan diversas sustancias nutritivas que contribuyen a equilibrar la alimentación.

La variedad de bebidas se extiende desde aguas minerales, refrescos, batidos, jugos de frutas, bebidas aromáticas y estimulantes, hasta bebidas alcohólicas.

Los refrescos, batidos y jugos son mezclas de leche o agua con frutas y azúcar, agregándoles alimentos enriquecidos se convierten en deliciosas bebidas nutritivas.

Las infusiones aromáticas se preparan a base de hierbas y especias de sabor o perfume atractivos. Se utilizan, en ocasiones, con fines medicinales.

Las bebidas estimulantes como el café y el té pueden consumirse frías o calientes al desayuno, durante el día y al final de las comidas. La de mayor consumo es el café, que además de ser reconfortante interviene como elemento de sabor insustituible en recetas de postres cocteles y bebidas.

El vino es la bebida ideal para acompañar las más diversas comidas. Clasificamos los vinos en blancos, rosados, tintos y espumosos. Las normas sobre el tipo de vino más apropiado para los diversos alimentos son subjetivas y no deben seguirse al pie de la letra. Sin embargo se sugiere esta guía: Vino blanco para pescados, marisco, pollo y pavo.; vino rosado para carnes suaves como los seos los riñones y también para soufflés, omelletes, pates, jamón, salmón, y pescados; los vinos espumosos para postres y sobremesas.

Finalmente tenemos las bebidas que se sirven después de las comidas. Facilitan la digestión y prolongan el placer de los platos servidos. Entre ellas están los licores de frutas, de café, de cacao, menta, entre otros.